La desaparición de Linnea, una niña de cuatro años, de una granja en las afueras de Fjällbacka, despierta trágicos recuerdos.
A través de tres líneas temporales, —el presente, un caso sin resolver de hace treinta años, y el relato del siglo XVII—, y cuatro tramas conectadas entre ellas, Camilla ha conseguido componer su novela más ambiciosa hasta la fecha y que si comienzas a leer no podrás parar hasta el final.
Llevaba muchísimo tiempo queriendo leer a Camilla Läckberg, considerada una de las mejores escritoras del género policíaco,
pero nunca me animaba a dar el paso, al menos no hasta que mi amiga Rocío me propuso leerlo de forma conjunta para animarnos entre nosotras e ir comentando. ¿Y qué hice yo? Empezar la casa por el tejado, muy típico de mí
*-* Esta es, ni más ni menos,
la décima entrega de la saga Fjällbacka, pero que no cunda el pánico, que
cada novela es autoconclusiva y trata un caso diferente aunque los personajes principales se repitan y, por tanto, s
u relación vaya evolucionando, por lo que aunque me haya perdido gran parte de su historia, no he tenido ningún problema en seguir la trama :)
La novela se nos presenta
narrada en tercera persona por un narrador omnisciente que conoce y nos hace conocedores tanto de los hechos ocurridos como de las emociones y sentimientos de los personajes. Como bien indica la sinopsis,
la novela tiene tres líneas temporales que se van intercalando a lo largo de la novela:
el presente (con la desaparición de Linnea),
el pasado (
donde nos cuentan detalles del caso de Stella, la niña de cuatro años que desapareció y más tarde apareció muerta en el agua, ocurrido hace treinta años) y una historia del siglo XVII que aparentemente no guarda relación ni con el presente ni con el pasado, pero poco a poco se va viendo esa conexión con el caso, haciendo alusión y dándole sentido al título de la novela.
El inicio de la novela fue un completo caos para mí precisamente por la cantidad de escenarios, subtramas y personajes que se nos presentan, aunque lo que más me abrumó fue, sin duda alguna,
la cantidad de personajes que intervienen en la novela. Es cierto que al fin y al cabo
son una minoría los que realmente tienen protagonismo, pero me resultó muy difícil diferenciar a unos de otros al principio. Aun así,
personalmente me quedaría con Erica y Patrick (matrimonio; escritora y policía respectivamente),
Helen,
James y
Sam (matrimonio e hijo, respectivamente; ella fue una de las acusadas y juzgadas por el caso de Stella),
Marie Wall y
Jessie (madre e hija; Marie fue amiga de Helen y también fue acusada por el mismo caso),
Gösta y
Mellberg (dos de los policías a cargo de la desaparición de Linnea),
Sanna (hermana de Stella, la niña que fue asesinada hace treinta años),
Karim (periodista que llegó a Suecia con su mujer e hijos y vive en un campo de refugiados),
Elin,
Märta,
Britta y
Preben (personajes principales de la trama del siglo XVII; madre e hija las dos primeras, y marido y mujer los dos últimos, siento Britta hermana de Elin), etc...
Sé que me estoy dejando atrás algún que otro personaje relevante pero, sinceramente, soy incapaz de recordar más nombres xD
«Estaban asustados. Y eso era lo que endurecía a la sociedad. El miedo. No la maldad».
A pesar de la cantidad de personajes, y por increíble que pueda parecer, reconozco que todos ellos están muy bien trabajados y pulidos y cada uno logra tener su propia personalidad, por lo que una vez entrada en materia se llega a diferenciar bastante bien a la gran mayoría, sobre todo a los que más peso tienen. Al haber tantos y al ser tan diferentes unos de otros se hace bastante fácil empatizar con unos, odiar a otros, sentir indiferencia hacia un par de personajes... Lo típico, vamos, y reconozco que me gustan las novelas que tienen muchos personajes a pesar del shock inicial aunque, obviamente, hubiese preferido que apareciesen paulatinamente jiji
La trama, por su parte,
se va haciendo más enrevesada según van avanzando las páginas, por lo que aunque la sinopsis deje entrever una trama sencilla relacionada con la desaparición de una niña, resulta ir mucho más allá dejando de ser una novela negra más. Personalmente,
he disfrutado muchísimo los breves capítulos que nos llevan hasta Bohuslän (Suecia), al año 1671,
quizá porque la novela histórica me encanta o porque me ha fascinado la trama relacionada con las brujas, y no he terminado de conectar con el resto la trama la de los refugiados, al menos no hasta bien avanzada la segunda mitad de la novela
(y eso contando con que tiene setecientas páginas).
«Las cosas rara vez eran como parecían a primera vista, y que alguien estuviera de luto no significaba que fuera inocente».
Y a pesar de que
a mí se me ha hecho totalmente impredecible la novela, esto mismo ha jugado en mi contra porque en ningún momento tuve sobre la mesa uno o varios nombres que me permitiesen elucubrar o manejar teorías, buscar sospechosos, encajar piezas... En definitiva,
había tan poca información y tan pocas pistas durante gran parte de la novela que se me hizo hizo demasiado introductoria y pausada, aunque eso no quita que me mantuviese enganchada. Lo sé, es muy contradictorio lo que acabo de decir, pero así ha sido.
Quería saber más y más, cada vez me interesaba más la historia del pasado (tanto la del siglo XVII como la de hacía treinta años) y había tantas subtramas interesantes que conforme terminaba un capítulo empezaba otro. Eso sí, para mi gusto
a la novela le sobran páginas.
Setecientas son muchas para lo que en realidad se cuenta u ocurre, así que quizá le hubiese quitado yo unas doscientas páginas o incluso más, que se hubiese contado lo mismo y creo que se me hubiese hecho más ágil
:')
La pluma de la autora, por su parte,
me ha gustado mucho.
Para ser la primera que la leo, no dudo que en un futuro lea la primera parte de la serie porque esta me ha gustado muchísimo y quiero conocer la historia completa de los personajes en común, desde el principio.
Considero que Camilla tiene un estilo particular y personal, además de cercano, cuidado, directo y descriptivo, y sabe mantener muy bien la intriga, el misterio e incluso la tensión.
Trata algunos temas peliagudos (como la violación, el suicidio, el acoso, el racismo o la autolesión),
pero los trata correctamente y de una forma tan cercana y realista que asusta.
Puede que la novela no destaque por tener grandes dosis de acción, por lo que además de lo que antes comentaba,
el ritmo de lectura se me hizo bastante lento o pausado, aunque en general disfrutase mucho de la novela (quizá por el género, quizá por la forma de escribir de la autora, quizá porque supo mantenerme alerta...).
Tiene un buen equilibrio entre narración y diálogo, lo que agiliza un poco más su lectura,
y otro aspecto que me gustaría destacar sería la gran labor que ha realizado la autora para con la ambientación y documentación dando, como resultado, una trama muy bien trabajada y muy visual.
Y ya, para terminar, me gustaría hablaros un poco del
final.
¡Qué intensidad la de los últimos capítulos! Más o menos hacia el ochenta por ciento de la novela empezaron a desenvolverse y moverse las cosas, empezaron a llegar las respuestas, los culpables, las sorpresas... ¡Fue un no parar!
Reconozco que el final me sorprendió, y mucho, y lo disfruté un montón.
Fue bastante intenso y diría que cerrado, así que aunque la novela se me hiciese bastante introductoria y extensa en buena parte, no me arrepiento de haberla leído y
espero volver a leer pronto a la autora, que me he quedado con ganas de más.
/5
Y vosotros, ¿habéis leído esta novela? ¿Os gustaría leerla? Contadme :)
¡Nos leemos en la próxima entrada!