Agnes Martí es una arqueóloga en paro que se ha mudado a Londres en busca de una oportunidad laboral. Una tarde, desanimada y triste por su poco éxito profesional, tropieza en el corazón del barrio del Temple con el pomo de una puerta en forma de pluma, el sonido de unas lúgubres campanillas y el hermoso rótulo azul de Moonlight Books. La librería, regentada con encantador ceño fruncido por Edward Livingstone, debe su nombre a un espectacular techo de cristal que permite contemplar la luna y las estrellas en las noches despejadas. Intrigada por la personalidad y el sentido del humor del señor Livingstone, Agnes decide aceptar la oferta de convertirse en ayudante del librero mientras continúa su búsqueda de trabajo. El té de la tarde en el rincón de los románticos, las visitas de Mr. Magoo, las conversaciones con la bella editora de Edward, las cenas junto a la chimenea del Darkness and Shadow y la buena lectura convencerán a Agnes de que la felicidad está en los pequeños detalles cotidianos. Pero aunque Moonlight Books podría parecer un oasis de paz en el acelerado Londres, las extrañas campanillas de su puerta darán paso a los sucesos más inesperados: una noche de tormenta, el inspector John Lockwood...
Debería haber publicado esta reseña a principios de diciembre, pero una cosa lleva a la otra y aquí estamos, casi despidiendo el año y contándoos qué me pareció esta novela casi un mes después de terminar de leerla jiji La empecé allá por el mes de septiembre, pero la aparqué temporalmente porque me coincidía con otras lecturas y no podía con todas y hasta noviembre no pude retomarla, pero después tuve que volver a aparcarla hasta finales de noviembre y... en fin, suerte he tenido de no haber olvidado detalles con tanta ida y venida y lo extraño es que aun así me ha gustado y la he disfrutado mucho, así que mejor vayamos poco a poco, que no quiero dejarme nada en el tintero ^-^
La novela se nos presenta narrada en tercera persona desde el punto de vista de Agnes Martí y Edward Livingstone, nuestros dos protagonistas. Creo que la sinopsis ya nos cuenta bastante sobre ellos, así que no quisiera extenderme mucho más, pero sí os diré que al principio la relación entre ambos es, cuando menos, incómoda y extraña, sobre todo por parte de Edward, que se muestra algo gruñón y cascarrabias.
Al principio, Agnes no tiene muy claro si quedarse o no como ayudante en la librería del señor Livingstone porque llegó a Londres buscando trabajo como arqueóloga y no como ayudante, pero poco a poco irá descubriendo la magia que reside en ella y las personas que allí pasan sus horas leyendo, comprando libros, tomando té o simplemente observando las estrellas a través del telescopio. Y eso, unido a su pasión por los libros, hará que se tambaleen todos sus planes. ¿O no?
Los personajes secundarios que intervienen en la novela no son nada numerosos, pero cabe destacar a Sioban Clark (el amor de Edward Livingstone; es editora en una nueva y pequeña editorial), Oliver Twist (un niño de apenas ocho años que visita cada tarde la librería) y John Lockwood (un policía de Scotland Yard, conocido de Sioban, que investigará el caso del robo de un preciado diario para el señor Livingstone).
"El mundo era gris y solo si se aprendía a mirar se volvía uno capaz de percibir algún retazo de colores brillantes".
Para empezar, todos los personajes me han parecido super entrañables y adorables, especialmente el señor Livingstone y el joven Oliver Twist. Es cierto que Edward Livingstone es, a menudo, un cascarrabias de cuidado, pero tiene un corazón enorme y su pasión por los libros despierta ternura, y mucha. Es más, en más de una ocasión me dieron ganas de entrar en la novela y darle un achuchón, así que no digo más jiji
La trama, por su parte, ha sufrido sus idas y venidas porque por momentos me enganchaba como la que más y por momentos sentía que no estaba muy bien definida, pero eso ocurrió solo en los primeros capítulos y porque no terminaba de pillarle el punto a la historia. Aun así, estamos ante una trama sencilla que no cuenta con grandes giros argumentales o sorpresas, pero viene cargada de referencias literarias e históricas que pueden llegar a ser una gozada para los amantes de ambas ramas.
Tenemos, además, un par de subtramas acompañando a la trama principal que aportan algo más de acción e intriga a la novela y que, a decir verdad, disfruté muchísimo. Y no puedo dejar a un lado la ambientación, que es uno de los elementos que más me han gustado de la novela precisamente por lo bien trabajada que está. Como ya sabréis, la novela está ambientada en Londres, pero la autora nos presenta y describe una atmósfera tan mágica y bonita que dan ganas de meterse de lleno en la historia y ser un personaje más. Es más, el invierno sería una época perfecta para disfrutar de La librería del señor Livingstone *-*
"Había empezado a comprender que la felicidad surge de los brotes más pequeños e inesperados. Y se preguntaba si era posible que todas las cosas buenas de la vida cupiesen en una librería".
Y por si esto no fuese poco, también hay lugar para el romance, aunque este queda relegado a un segundo plano, lo cual agradecí bastante porque aunque me gustó mucho esta parte y me pareció muy entrañable, natural y bonita (sobre todo hacia el final) no me hubiese importado que no hubiese nada de romance porque tampoco lo consideré demasiado imprescindible, pero reconozco que le da un toque diferente a la historia y sin él creo que no hubiese sido lo mismo. Pero la magia y el romance no serán los únicos elementos que encontraremos en la novela, pues también podremos encontrar humor, y en grandes dosis. ¡Menudo ingenio se gastan nuestros personajes con su sarcasmo e ironía!
La pluma de la autora me gustó a medias, y me explico: teniendo en cuenta que la novela es contemporánea y no histórica, en ocasiones me pareció que el estilo no encajaba del todo con la trama en sí, o al menos no me imaginaba yo a algunos personajes utilizando según qué expresiones o palabras, pero eso no quita, ni de lejos, que piense y confirme que la autora escribe muy bonito y bien. Mónica Gutiérrez tiene un estilo cercano, juvenil, ameno, descriptivo y cuidado hasta el más mínimo detalle.
Independientemente de esto, los capítulos son bastante cortos y en general hay un buen equilibrio entre narración y diálogo, por lo que el ritmo de lectura llega a ser realmente ágil y ameno en cuanto te enganchas a la trama y de ahí en adelante es un no parar quitando, claro está, lo mucho que yo he tardado en leerla, que ha sido por motivos ajenos a la novela xD. Mi curiosidad por saber más de la librería del señor Livingstone, del propio Edward y del presente y futuro de Agnes sumaron más que el hecho de que no me enganchase al principio, así como los temas que trata la autora y los valores tan bonitos e importantes que transmite gracias a sus personajes y sus palabras :')
Y ya, para terminar, solo me queda deciros que el final me gustó muchísimo. Me pareció tan bonito, cerrado y acertado que subió bastante mi nota e impresión finales y le cogí aún más cariño, si cabe, a los personajes. Dicho esto, solo me queda recomendaros su lectura si os llama la atención, aunque sea solo un poquito, o creéis que podría gustaros porque estoy segura de que la disfrutaréis tanto como yo.
Y vosotros, ¿habéis leído esta novela? ¿Os gustaría leerla? Contadme :)
¡Nos leemos en la próxima entrada!